Cuando se trata de fotografía de bodas, existen diferentes formas de contar una historia. Aunque cada fotógrafo puede tener matices únicos, los estilos más comunes se dividen en varias categorías. Pero ojo: no todos los fotógrafos trabajan todos los estilos. Algunos, como yo, tienen una mirada definida que no se adapta, sino que se mantiene coherente y sólida en cada reportaje. Y eso es justo lo que atrae a las parejas que valoran una narrativa auténtica y sin artificios.
1. Fotografía documental (reportaje)
Este estilo se basa en capturar los momentos tal como suceden, sin intervenir. No hay poses forzadas, solo realidad pura: lágrimas, carcajadas, abrazos sinceros. Es perfecto para parejas que quieren revivir el día sin artificios ni poses incómodas. Este es precisamente mi enfoque como fotógrafo: contar lo que ocurre, con sensibilidad y sin interrumpir el flujo natural del día.
2. Fotografía artística
El estilo artístico busca componer cada imagen como una obra de arte. A menudo se trabaja con luces, sombras, encuadres dramáticos o técnicas de edición más elaboradas. Aunque es visualmente potente, puede perder espontaneidad si no se usa con equilibrio.
3. Fotografía tradicional
Es el enfoque más clásico: posados, miradas a cámara, fotos familiares organizadas. Algunos fotógrafos aún lo ofrecen por demanda, pero hoy en día muchas parejas buscan algo más natural. Para quienes priorizan recuerdos reales antes que retratos forzados, este estilo puede resultar limitado.
4. Editorial o de moda
Inspirado en revistas de moda, este estilo crea imágenes muy cuidadas, como si fueran parte de una sesión comercial. Ideal para parejas que quieren sentirse modelos por un día, aunque requiere tiempo y disposición para posar.
5. Fine Art
Con un enfoque más etéreo y delicado, este estilo busca una estética romántica, luminosa y suave. Se trabaja mucho la luz natural, los colores pastel y las composiciones poéticas.
¿Y ahora qué?
Lo más importante no es elegir un estilo como si fuera una prenda que te pones por un día. Es conectar con la mirada de un fotógrafo cuyo trabajo ya encaje contigo. Atraigo a quienes valoran una narrativa real, honesta y con carácter propio. Si al ver mis fotos sientes algo, probablemente somos un buen match.